Saturday, February 25, 2006


12 Feb 2006

EL GLACIAR AMALIA

El glaciar Amalia es indescriptible. Sólo se puede decir que tiene capas de hielo antiquísimo, a mucha presión y con mucho oxígeno, lo que permite que posea un color azul maravilloso. Llueve, los niños juegan cartas y yo me acompaño de un Chivas de 12 años ¡qué mejor!

Hoy ha habido un desprendimiento espectacular de un gran trozo de hielo en el glaciar, tanto que ha levantado olas que han cimbrado el barco, pero nada de qué preocuparse. Al principio me ha dado un temor irracional, por el ruido que suena como los truenos, pero más seco. Ahora, acabo de ver una roca con lobos marinos muy de cerca, estoy feliz de que vivan en un lugar casi inaccesible para el Hombre.

Nunca me cansaré de repetir que la Naturaleza del Sur de Chile es maravillosa. Los bosques que se trepan a las montañas, las cimas nevadas, los rayos del sol entre las nubes, el agua verde claro siempre inquieta, todo se conjuga en un paisaje insuperable. Creo que ya no tengo más adjetivos.

Por fin pude usar los guantes que me regaló Pancho hace más de 10 años, realmente me salvaron, porque el frío cerca de los glaciares es intensísimo.

Siesta de hora y media y conversación con un tripulante del barco, me deseó mucha suerte y que tuviera en el futuro una linda familia. Me dio un consejo: "Elija al más trabajador, no al más simpático, porque los hombres hacen cualquier cosa para estar con una mujer. Lo importante es que sea tranquilo y trabajador". Me he topado con la sabiduría popular.

La vida es extraña, hay niebla y no se ve el paisaje, solo se delínea el horizonte y los cerros, recortándose contra el fondo blanco.
EL VIAJE (inicio)

Luego de millones de minutos de espera, llegamos al barco. La habitación es precioes y muy cómoda. a mesa que me tocó la ocupa también un a familia de un mateimonio mayor, una mujer como de mi edad y 2 niños de entre 11 y 14 años. Todos son muy agradables, especialmente él. Me hace sentir como en familia.

El barco es mediano y el comedor pequeño, el estilo de decoración es pretencioso, pero no con demasiado gusto, sillas doradas y tapizadas de rosado no es mi idea de elegancia.

Los motores ya se han puesto en marcha, pero aún no hemos zarpado. Ya he recorrido los dos bares y los encuentro muy bonitos y acogedores. La gente es muy amable y anún queda una hora y media para el cocktail de bienvenida, por lo que creo que iré a mi cabina a descansar.

El barco se mueve, pero no tanto como para marearme, de modo que estoy bien. Es gracioso que las puertas de la ducha se muevan solas, parece que el barco estuviese poseído por un fantasma o algo así. Pensé en todas las historias del Caleuche.

Me gusta el cuadro del niño que mira la playa. Está parado sobre hierba y el cielo está nublado, pero de color muy claro. Yo creo que ha de ser temprano en la mañana ¿En qué pensará con sus manos en los bolsillos? Estoy equivocada, me parece que está sobre la arena mojada, porque tiene doble reflejo hacia adelante y hacia abajo, ambos de forma perpendicular el uno del otro.

Hoy escuché una frase: "La buena vida es cara, hay otra más barata, pero esa no es vida" Lástima por las personas que no tenemos vida la mayor parte del tiempo y por los que no la conocen ni la conocerán jamás.

Amo la madera y la oscuridad de la noche allá afuera, la espuma de las olas sobre el agua herida por la proa. Y nada más se ofrece a la vista. La vista del agua levemente iluminada por los focos del barco es encantadora.

Saturday, February 18, 2006

PUNTA ARENAS

Nublado, anoche llovió - delatan unas gotas sobre el techo vidriado que se inclina sobre mi cabeza en el comedor. No puedo esperar para conocer los glaciares.

Desayuno: muerdo mi sandwich de queso y jamón, la cocoa está deliciosa y brinda un calor que, sumado a la calefacción, resulta excesivo.

Caminata por el frío aire de Punta Arenas. Rápidamente los museos Salesiano y Braun. Miles de animales disecados y muebles de vida lujosa, respectivamente. Héme aquí excpectante por la embarcación y las masas gigantescas de hielos ¿eternos? (con el ritmo de calentamiento de la Tierra, lo dudo)

Friday, February 17, 2006

CONSIDERACIONES GASTRONÓMICAS VARIAS

Una verdad como un templo: No recomiendo arruinar el apetito, comiendo pan con mantequilla antes de la entrada y/o el plato principal, por muy hambriento que uno esté.

El hotel Los Navegantes es como el Top Hotel de Calama, su decoración refleja claramente que tuvo su mayor esplendor en la década de los '90s, pero le falta mantención (humedad y vidrios trizados) sin embargo la cocina es superior, realmente.

Hoy aprendí de la peor forma que no se debe tocar a mano desnuda una paila de greda que viene de la cocina, en caso de que esté caliente, porque puede ser muy doloroso. Los ostiones a la parmesana valieron la pena y el dolor... agudo e interminable en la yemas de mis dedos meñiques.

He comido mousse de calafate, una baya que se da solamente en la Patagonia, muy parecida al blueberry o al arándano, la cual - según la tradición local - debe ser ingerida entes de dejar la zona para volver a visitarla algún día ¿Qué sería del Hombre sin esperanza, ni supersticiones que la alimenten?
Repentinamente me encontré masticando distraídamente un ostión de mi sopa marina en paila de greda acá en Punta Arenas.

Un camarón por aquí, un trocito de centolla por allá y un choro de dimensiones extravagantes acompañaban la cebolla, el perejil finamente picado y el huevo quebrado encima que se coció con el puro calor del caldo.

En definitiva, una reminiscencia del chupe de locos que cocina mi mamá. Ja, ja, río ampliamente antes de declarar que no osaré intentar cerrar los botones de los jeans, me carcajeo.

Nunca pensé encontrar la Felicidad en una paila marina ¡Me equivoqué rotundamente!

Por supuesto a la felicidad, siguió la indigestión. Es como la vida, dicen que la felicidad nunca es completa... aaahhh

La siesta apoteósica que me tomó hacer la digestión de tamaña delicia, me impidió llegar a tiempo al museo Braun. Paseo que tuvo que ser cambiado por una caminata en la Plaza, conversación en italiano, conversación en francés, foto con el monumento correspondiente. Calcetines de lana de oveja, artesanías en semillas y la representación de una cuna alacalufe, acompañaron mitarde, la que se fue venteando cada vez más, a medida que el aire puntarenense se liberaba del mar, cada vez con mayor fuerza.